Falta de inversión en México
Como en el caso de otros países en desarrollo, México requiere de una tasa de inversión respecto a la producción nacional de cuando menos 25% anual en términos reales y de maneras constante para alcanzar tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto altas y constantes en el largo plazo, según estimaciones de organismos internacionales. Con ello, la economía podría aumentar significativamente la generación anual de empleos y, en beneficio para los trabajadores los salarios aumentarían. En los últimos 25 años la cantidad de la inversión ha alcanzado esa meta respecto al pib.
Desde la primera parte de los años ochenta, el
Estado ha reducido de manera significativa su participación en la inversión
total como resultado de la política económica. La privatización de las empresas
estatales rentables y la liquidación de las no rentables. Además la inversión
pública está limitada por razones presupuestarias.
En estos casi
30 años de política económica, la inversión privada nacional no ha podido
llenar el hueco de la inversión pública y el Estado ha tenido que revertir
algunas de las privatizaciones debido a problemas de rentabilidad, derivados de
una deficiente administración en manos privadas. Tales fueron los casos de la
mayor parte de las carreteras nacionales de cuota, las líneas áreas nacionales
y de los bancos.
La
nacionalización de la banca mexicana, como medida última para frenar la fuga de
divisas, no ocasionó ninguna catástrofe financiera como decían sus críticos. En
comparación, la privatización de la banca ocurrida años más tarde puso al
sistema bancario mexicano en manos inexpertas y lo volvió altamente vulnerable.
Agregándole a ello, la apertura financiera acelerada provocó el ingreso de
grandes cantidades de capital externo. Además, la sobrevaluación de la moneda
hizo aún más vulnerable al sistema financiero.
En esas
condiciones, la primera crisis de divisas duranteel gobierno de Zedillo, provocada
por el mal manejo de una decisión cambiaria, implicó la quiebra real del
sistema bancario mexicano y de sus deudores. Desde entonces, han impedido que
haya crédito barato y oportuno para financiar actividades productivas de todo
tipo, especialmente en el campo.
El
elemento crucial que explica la baja inversión productiva no es, la falta de
crédito, sino la ausencia de una política industrial y agropecuaria efectiva
por parte del Estado.
Esta ausencia obedece sin duda a una concepción
neoliberal de la economía. Dicha concepción se concreta en la reducción del
gasto público, tanto corriente como de inversión, en la total ausencia de
políticas comerciales, y en la falta de definición y aplicación clara de reglas
de la participación de la inversión extranjera con una orientación a la
integración económica y el desarrollo. Ello es lo que en realidad provoca la
falta de incentivos a la inversión privada nacional.
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