jueves, 16 de abril de 2015

DESIGUALDAD Y DISCRIMINACION

DESIGUALDAD O DISCRIMINACIÓN EM MEXICO




La desigualdad social en México es enorme, y crece cada vez más, el asunto es que en nuestra sociedad, las autoridades, los agentes que representan a los gobiernos, los impartidores de justicia, o los médicos y maestros, así como la mayoría de la gente discrimina a otras personas, la discriminación se refuerza y se complementa con la desigualdad económica, pero repercute finalmente en la desigualdad de trato social a los grupos vulnerables y, por consecuencia en la violación de sus derechos y en la negación de oportunidades para su desarrollo.

Nuestra sociedad es profundamente discriminatoria por razones históricas y culturales, la discriminación en México se extiende a tantos de muchas formas a como sea posible. Comienza desde el lenguaje: los chistes y burlas, pasa por las instituciones de educación, de salud, por la procuración de justicia, y abarca también el ámbito laboral, la libertad de expresión y el acceso a los medios de comunicación, la simple apariencia y la vestimenta en la calle, la alimentación y, desde luego, toda la serie de costumbres y rituales sociales que se refuerzan en los espacios públicos, como los medios masivos de comunicación.

La desigualdad o discriminación mantiene a nuestra sociedad de forma negativa, una negación de derechos y una ruptura del principio democrático mínimo: la igualdad formal de todos en un estado de derecho. Pero además es todavía más grave porque muchas de las instituciones sociales y políticas no sólo no la combaten, la refuerzan, la validan y la imponen.

Como se puede advertir, esta situación constituye hoy en día uno de los principales obstáculos para el desarrollo económico, social y político de nuestro país, y no sólo por lo que se refiere a los sistemas de atención a la salud, tiene mucho que hacer para ayudar a combatir este mal tan extendido y aferrado en México. Porque mientras se afectua la discriminación, la desigualdad de trato y de derechos por el origen de alguna pesona, la condición social o de salud, por la apariencia, la forma de hablar o por las preferencias sexuales, nunca podremos aspirar a construir una sociedad equitativa que sea capaz de garantizar oportunidades de desarrollo y de bienestar para todos. Por ello, es indispensable que las reflexiones, estudios y debates siempre tomen en cuenta el contexto de enorme desigualdad social que existe en nuestro país y en el mundo entero. 


 El Estado mexicano ha sido omiso al respecto y sus instituciones siguen siendo muy débiles al momento de enfrentar el problema, y establecer las reglas y normas básicas para evitar y corregir las múltiples formas de discriminación y violación de derechos que sufren muchas personas. 


Hagamos conciencia de lo grave que es este problema, que nos impide crecer como sociedad.

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